Pinar
del Río atesora los más variados testimonios de la
presencia aborigen en sus pintorescas cuevas, al mismo tiempo que
muestra el Mural de la Prehistoria, pintado sobre un mogote, donde
la imaginación permite al visitante remontarse en el tiempo.
Si bien la cultura pinareña se asienta en su variada y rica
naturaleza, no se limita a ofrecer el esplendor de los paisajes
ya que el hombre puede recibir los beneficios que cada especie guarda.
El viajero no dejará de acudir a Vuelta Abajo para conocer
la tierra que produce el mejor tabaco.
El Valle de Viñales, en la región occidental que se
hiciera famoso en el mundo en los primeros años del siglo
XX gracias al pintor cubano Domingo Ramos, ha sido denominado Paisaje
Cultural de la Humanidad.
La presencia del Museo de Ciencias Naturales y el Museo Provincial
de Historia muestran la preocupación de los habitantes de
Pinar del Río por el conocimiento y protección del
entorno y el apego a su historia.
El desarrollo de la espeleología en esta zona es cada vez
mayor por cuanto la variedad del territorio parece guardar aún
muchos secretos para el estudioso.
También el desarrollo intelectual avanza en Pinar del Río:
La Universidad y el Instituto Superior Pedagógico contribuyen
a la formación de profesionales.
Proliferan los coloquios que reúnen a creadores y críticos
alrededor de destacadas figuras de la literatura y el arte. La cátedra
Dulce María Loynaz consagrada a esta poetisa, premio Cervantes,
en el IS Pedagógico, promueve múltiples eventos.
Se aprecia un desarrollo progresivo de la plástica, donde
el paisajismo parece reflejar el entorno de los creadores. Todo
esto es testimonio de una cultura en ascenso